Durante los últimos meses hemos podido escuchar ciertos discursos que han puesto en tela de juicio que la alimentación contribuya en gran medida al cambio climático.
Sin embargo, es una de las actividades más impactante que realizamos en nuestro día a día, ¿por qué?
-Nos acompaña toda nuestra vida
-Lo heredarán futuras generaciones
-Tiene un alto % de emisiones por sí mismo
-Implicaciones sociales, éticas y de desarrollo
-Afecta a recursos como agua, suelo, superficies
-Es una acción que hace el 100% de la humanidad
-Es muy variable (puede ser muy / poco impactante
En ocasiones, estas intervenciones que niegan el papel de la alimentación en el cambio climático pueden causar hastío y generar desánimo, haciendo que podamos llegar a pensar “bueno, total, porque yo cambie algo, el Planeta y el sistema no van a cambiar”.
¿Pero realmente es así? ¿O nuestros actos de consumo tienen un impacto mucho mayor del que creemos?
Intentemos darle la vuelta a este argumento. Seguro que en el año 1900 también se podría pensar en este aspecto pero en el sentido contrario:
“bueno, porque yo contamine un poco, tampoco me voy a cargar el planeta, ¿no?”
Y aquí estamos, llevando a nuestro planeta al borde de sus capacidades.
En colaboración con alpro he trabajado en estas diapositivas que nos muestran que efectivamente el papel de la alimentación es crucial en toda la crisis climática, y que tenemos una gran oportunidad de minimizar nuestro impacto.
En orden de prioridades, 4 grandes acciones que podemos hacer cada día:
-Consumir más proteína vegetal en nuestra dieta
-Consumir local y de temporada
-Reducir el desperdicio alimentario
-Minimizar el uso de envases
TuDietaPuedeSalvarElPlaneta, y no es solo postureo